30 de diciembre de 2011

Exposición panorámica en Gasteiz



Todos los paisajes pueden ser hermosos, casi todos pueden llevarse a las imágenes, parecido sucede con las montañas, también con las actividades que en estos lugares se desarrollan.
De paisajes, de montañas y de actividades hablan las fotografías que hasta el 30 de enero pueden  verse en el Palacio Villa Suso de Gasteiz. Durante mucho tiempo he mirado con ojo fotográfico en las montañas y en ese recorrido he aprendido a seleccionar en campos horizontales, apartando a las imágenes fragmentos panorámicos, tan alargados como el mismo horizonte. Algunos de esos panoramas están ahora colgados en las vetustas paredes del Villa Suso gracias a la invitación del Vitoria-Gasteiz MENDI Film Festival y a las impresiones realizadas en los plotters de Ikatz.
Hay panoramas más largos, algunos compuestos con hasta 16 imágenes, otros más sencillos compuestos con sólo cuatro imágenes a partir de capturas digitales, pero los hay también capturados en película, en formatos de 24x52 mm, y de 6x17 cms. Hay color, luz, ambiente, montañas y sensaciones. Son fotografías para ver que no deben ser contadas.
La invitación está hecha.


22 de diciembre de 2011

Otra mirada es posible...



Acabamos de vivir dos jornadas de montaña fotográfica o fotografía montañera, que el orden de los factores no altera el producto, en el taller que he impartido en el entorno de MENDIFILFESTIVAL de Vitoria-Gasteiz.
Yo lo advertí desde mi llegada: un fotógrafo “educado y formal” puede aprender tanto de quien no lo está como este del primero. Y en ello hemos andado: uno intentado infructuosamente huir de las conversaciones basadas en cámaras y objetivos, en técnicas, cachivaches, programas informáticos o recursos “secretos” y buscando que el sujeto fuera la estructura de la imagen y cómo lograr que aquella atrape al lector, o cómo insuflar un poco de alma a la imagen que construimos.

Sin destino
Resultó que, apasionados, partimos rumbo a la montaña, convencidos de poder estar a pie de ruta antes de que llegara la luz. Y lo logramos, pero acompañados de una impresionante nevada y después de haber cambiado de objetivo obligados por las dificultades viarias sobre el asfalto. Nuestra montaña se quedó sin cima, nuestro camino tomó tonalidades monocromáticas sobre la gama de los blancos y una atención añadida debió ponerse en la protección personal y de los equipos de lo que nos mandaba el cielo. Aquello se tornó en un regalo inapreciable que pudimos gozar como enanos, como montañeros ávidos de paisajes cambiantes y luces sorprendentes. Nos recreamos en el patrimonio industrial de Ajuria y a continuación seguimos escudriñando los bosques que abrigan el río Zirauntza en el entorno de su nacimiento, todo ello pasando de la luz azul a la gris y asomando incluso el sol entre las nieblas. Curioso descubrir después cómo cada cual miró distinto los mismos escenarios, cómo –ese era precisamente el objetivo del viaje campestre- cada cámara orientó sus disparos sobre objetos distintos aunque no distantes. La evaluación compartida podría haberse prolongado muchas más horas de lo que duró pero fue probablemente lo mejor del taller, donde cada expresión fotográfica requería revisión, diálogo y puesta en cuestión y esa reflexión propició sin duda la mejor lección según lo expresado por los asistentes. Algunas adulaciones y agradecimientos ofrecidos al fotógrafo no tienen precio pero eso lo dejaremos para la esfera íntima. La conclusión más significativa es probablemente que es posible lograr una mirada personal a la montaña y al paisaje, que puede y debe trabajarse pero hay que partir a su encuentro cada día.







10 de diciembre de 2011

Montphoto muy vasco


Melena. Santiago Yaniz

¿Hay una escuela vasca en la fotografía de montaña?
No es una pregunta retórica, solo el interrogante lógico al retorno de Montphoto, un certamen de referencia en el estado en la fotografía de montaña y naturaleza de convccatoria internacional en el que nos hemos encontrado una buena cuadrilla de vascos entre los finalistas. Nombres como Urtzi Bera, Jose María Llavori, Benito Cantero, Jose Agustin Gurrutxaga, Arkaitz Morales, Sergio Laburu y Raúl Esteban ocupan plaza privilegiada y en algunos casos premiada.
A pesar de la buena noticia me queda una reflexión que me atrevo a compartir tras muchas montañas de fotografía de montaña. En la concursística prevalece el cuadro de escena en donde el alpinista solo es elemento del paisaje, difícilmente es actor o protagonista. No hay fotoperiodismo, no hay ación, no hay emoción vital, no hay relato, sólo "paisajes con figura". Y ya es tiempo de que la de montaña sea también una fotografía significante.

Exposición Montphoto 2011

Exposición Montphoto 2011

2 de diciembre de 2011

Nos vamos, nos vemos… destino MONTPHOTO




 Vamos bastantes; destino: costa mediterránea, tierras de Girona, Lloret de Mar. Intención: ver, participar, aprender, contar, buscar complicidades… en torno siempre a la fotografía de montaña/en la montaña/de las montañas que es lo que convoca el certamen MONTPHOTO en su edición de 2011. Allí nos vemos, pero también podrán ver –cosas de tecnologías modernas- en directo y en streaming quienes quieran saber cómo se deciden los premios finales de un certamen internacional de fotografía. Desde la web de Montphoto se puede acceder al enlace para ello: Canal livestream: http://www.livestream.com/montphoto
¿Lo había dicho? No. Un servidor tiene una –solo una- imagen entre las selecciones de fotografías finalistas. Escucharemos atentos al jurado.


28 de noviembre de 2011

Fotografiar el clima

"Pyrénées à la croisée des climats" ha sido escrito por el periodista francés de ascendencia española Santiago Mendieta con el que me ha tocado durante varios años trabajar en numerosos reportajes por los Pirineos. Aprendimos juntos que la colaboración entre fotógrafo y periodista redunda en el buen resultado de los trabajos publicados pero además reporta enseñanzas adicionales a los profesionales y satisfaciones en el trabajo compartido.
Tras varios años por separado nos hemos vuelto a reencontrar en las páginas de un libro con un tema en el que trabajamos juntos hace tiempo y que Santiago Mendieta ha profundizado como sabe es deber del periodista comprometido: el clima. Un balance serio y bien orientado científicamente que se ha ilustrado con un buen número de fotografías de ayer y de hoy cuya responsabilidad me ha tocado cubrir en buena parte del libro.
Tormenta eléctrica

Ultimos habitantes de Jánovas (Huesca)

Aguacero en Marcadau. Vignemale. Pirineos

21 de noviembre de 2011

Montañas y fotografía en el taller


El MENDIFILMFESTIVAL de Vitoria-Gasteiz tiene su cita desde la segunda semana de diciembre reuniendo películas con la montaña y sus actividades como protagonistas y escenario. Más convocatorias se suman a la programación que se desarrollará entre el 12 y el 20 del último mes de 2011: un curso de producción de vídeo de montaña y un taller de fotografía en montaña son las principales porpuestas off.
En el taller de fotografía proponemos descubrir cómo mirar y cómo se trabaja un modo personal de fotografiar, reflexionar sobre las claves del disparo fotográfico en la montaña y estudiar  qué funciona y por qué en las imágenes fijas del paisaje o los deportes que practicamos al aire libe. Y tampoco olvidaremos repasar las técnicas básicas y asomarnos a las más cautivadoras y modernas prácticas al uso para indistintamente poder utilizarlas o ser capaces de escapar de ellas. Dos jornadas intensas, de estudio y de campo para mirar de modo certero sobre madera, piedra, roca y horizontes. Con cámara de fotos o sin ella, porque se trata sobre todo de mirar.
Las inscripciones tienen plazas limitadas y están abiertas hasta el fin de noviembre.



17 de noviembre de 2011

Peligro: cazadores


Visten de verde, algunos lucen un machete a la cintura, todos llevan consigo un walkie-talkie –a menudo ilegal-, se agrupan en cuadrillas de diez o más “amigos” y aparcan notables hileras de todoterrenos bien dotados. Tomarse un café antes de la amanecida en estos tiempos de otoño supone convivir con ellos en una barra casi monopolizada por lo verde. Y esto obliga a escuchar peripecias de lo cotidiano estos fines de semana de citas para las batidas, monterías o esperas de caza.
-         Yo para una cierva no voy a ningún lado, si fuese un buen macho y te dicen que además hay muchos jabalíes, todavía; hay cazadores que van a por carne, y eso la mayoría, pero yo sólo voy si hay buenas piezas, si vas a encontrar un poco de emoción…
-         Anda, que decir por la emisora que había matado un arrendajo, eso si se hace no se dice…son de esos jóvenes que en cuanto ven algo moverse tiran
¿Qué tiene que ver esto en las historias de un fotógrafo montañero?, me dirán. Pues simplemente que fotógrafos y montañeros madrugamos y todos amamos ese territorio donde el aire es puro y el viento limpio y donde acostumbramos a cruzar miradas de horizontes largos con carreras o vuelos de animales libres. Nosotros a veces soñamos con llevarnos eso en imágenes. Ellos, los de verde, almuerzan bien casi siempre, pasan frío a menudo, se esfuerzan lo mínimo, erosionan en abundancia con sus potentes 4x4, siembran el paisaje de cartuchos. Son depredadores instintivos pero no por eso alejados de la tecnología. Sus perros ya llevan collar con gps y hasta hay aplicaciones para localizarlos con el móvil. Pero eso no impide que uno se los cruce -a los perros y a los cazadores- unos buscándose a otros tras una montería, unos a pata, extraviados, los otros en su todoterreno  rastreando la onda del gps.
Entre todos, sólo algunas cosas en común.
Lo dice la señal: ¡peligro: cazadores!


11 de noviembre de 2011

FOTOGRAFO BOMBERO



Eso le llamo yo a ser el que soluciona las emergencias. Emergencias provocadas por otros fotógrafos incapaces –perdón- de terminar sus trabajos como debieron. Lo digo con la experiencia de quien ha apagado muchos fuegos, ha sido llamado a última hora para solucionar una portada, para salvar el encargo de otro o para completar con imágenes de archivo un trabajo inconcluso.
Se preguntarán algunos por qué existen fotógrafos bombero. Existimos porque hacemos valer nuestro currículo al recibir una propuesta y eso cierra puertas; existimos finalmente porque somos blandos y aceptamos ser el parche que necesitan los directores de arte; porque, aunque parezca inverosímil, los editores pagan ciertos “peajes” con algunos fotógrafos en un intercambio en el que nunca está pactada la calidad. Y finalmente deben recurrir a terceros de confianza para salvar su expediente.
He venido a escribir esta reflexión porque acabo de hacer la portada de una revista francesa cuya única foto con mi firma será esa. El autor del reportaje de Xareta debería haber entregado alguna de las imágenes de su reportaje válidas para ese destino y no lo hizo pero terminarán pagándole un trabajo mal hecho.
Me queda un orgullo añadido a la duplicidad en esa profesión de fotógrafo-bombero: nunca en treinta años nadie necesitó llamar a otro para completar mi trabajo.

6 de noviembre de 2011

OTOÑAR: Fotografiar el otoño


Dice el diccionario de la Real Academia Española que otoñar es para las personas "pasar el otoño". Para mí es fotografiarlo y como acabo de pasar varios días "otoñando" no me puedo resistir sin contarlo. Porque cada año aporvecho cualquier excusa, bien sea el reportaje que tengo entre manos, un viaje en tránsito hacia otro lugar o simplemente unos días de excursión, para escapar hacia el otoño. Recuerdo siempre esa expresión de que "nos quedan cuatro otoños" refiriéndose a lo efímero de la vida y entonces concluyo que es preciso aprovecharlos. Unas veces porque el calendario no acompaña con las posibilidades, otras porque la estación no es lo bastante propicia, otras porque el año no es tan hermoso como quisiéramos... la cuestión es que efectivamente nos quedan cuatro para disfrutar. Conclusión redundante: aprovechémoslos.
Este año es excepcional, o así me lo está pareciendo, en los bosques de Euskal Herria, incendiados de colores durante muchos días continuados, espectaculares en los gradientes de ocres y amarillos, convirtiendo poco a poco el follaje en manto húmedo en el suelo.
Fotografiar por puro instinto el bosque es un encuentro casi ritual con la naturaleza, con el sonido de la hojarasca al pisar sus alfombras, con el olor húmedo de las nieblas y la sorpresa desvelada tras sus formas fantasmagóricas. Vale la pena sentirse vivo. Se lo recomiendo a cualquiera, incluso sin cámara de fotos.







29 de octubre de 2011

PERISCOPIO: fotografías invadiendo Vitoria-Gasteiz

Exposición Vanity Fair

 
Hay muchas fotos. Por todos los rincones, por todas las esquinas, en escaparates, aquí y allá. Vitoria Gasteiz se hace por unos días capital de la fotografía enseñando exposiciones de alto nivel y también trabajos de recién llegados de no menos nivel. Historias impresionantes, sencillas, violentas y amables, todas están en Periscopio dialogando con el público, al aire libre o a cubierto de edificios públicos o señoriales. Están los maestros clásicos, como Irving Penn, Edward Steichen, Man Ray y otros contemporáneos de la talla de Annie Leibovitz en la excepcional exposición de Vanity Fair, las cientoypico imágenes de 125 nacionalidades de todo el mundo seleccionadas por el World Press Photo entre más de 100000 fotografías concurrentes. Hay más, mucho más aparte de estas perlas y este es un buen momento para callejear por Vitoria-Gasteiz mapa en mano siguiendo el rastro de la fotografía. Merece la pena, incluso si no se tiene mirada de fotógrafo.

Exposición Vanity Fair
Exposición Reuters

Exposición Reuters


Exposición World Press Photo

23 de octubre de 2011

Yo también fui terrorista... por ser fotógrafo


Fui terrorista por ser aficionado a la fotografía, cuando aún lo era, y me atreví a sacar la cámara en busca de imágenes mientras los estudiantes y casi todo el mundo en Euskadi nos manifestábamos contra la dictadura. Fui terrorista por ser fotógrafo y coincidir una tarde en un pueblo en el que estaba un militante de ETA al que no conocía y con quien no hablé nunca. Fui terrorista por ser fotógrafo y haber cruzado infinidad de veces la frontera y recorrido todos los pueblos de Iparralde (País Vasco francés) para ilustrar una enciclopedia. También fui terrorista por ser fotógrafo y haber dormido en una montaña para esperar un buen amanecer y porque siendo fotógrafo pisé una pradera particular para obtener un buen primer término al componer un paisaje o porque siendo montañero y fotógrafo un cuaderno de campo manuscrito con los movimientos en una colonia de buitres se convirtió en un criptograma para un Guardia Civil inspirado en una noche solitaria. Todas estas veces y muchas más se me trató como aquello, se procedió a interrogatorios, se me apuntó con armas de todos los calibres, me mantuvieron contra mi coche, contra la pared, se registraron mis bolsas, mochilas, cajones y bolsillos. Siempre por ser fotógrafo.
“¡Ah!, tú eres el fotógrafo”. Así me dijo el poli bueno en una comisaría a la que me trasladaron a las dos de la mañana esposado con las manos a la espalda después de haber irrumpido en la casa de mi familia sin más autorización que decir: “le estamos aplicando la ley antiterrorista”.
El malo había dicho un rato antes: “¡…ahora es cuando tienes que hablar porque si no empiezan las hostias!”(sic)
Claro, yo no tenía nada que pudiera interesarles más que la vida de un estudiante de periodismo que intentaba vivir trabajando como fotógrafo.
Mis dos mejores amigos, con quienes tracé mi vida de colegio y de montaña estaban aquella noche sin yo saberlo sufriendo las mismas circunstancias en recintos contiguos de la misma comisaría. Sólo porque yo era fotógrafo.
Después de haber cazado algunos gorriones en mi adolescencia criaba bichos en mi casa, me convertí en lo más parecido a un ecologista pacifista y luego fui feliz porque me considerasen inútil para el servicio militar. Eso no estaba, parece, en las fichas policiales; solo los viajes, la vida singular, los disparos fotográficos…
Quizá un día debería contarlo con más detalle.
Ahora podré, espero, seguir haciendo las mismas cosas  y ya no me tomarán por terrorista más.


21 de octubre de 2011

Hoy es un buen día


Hoy es un buen día en Euskal Herria, es un buen día en el mundo porque hay quien ha decidido que es mejor hablar con el vecino que disputarle la vida.
Nos quedan muchas energías todavía y ahora todas serán para lo positivo, para sumar, para crear, para ir más lejos. Los vascos tenemos camino para recorrer con mucha tarea por delante y ahora vienen tiempos de esfuerzo pero tiempos mejores.

14 de octubre de 2011

De arriba abajo

Caminando por Bilbao la Torre Iberdrola se hace presente desde casi todos los ángulos. Esa mirada es abierta y pública. No lo es tanto poder atravesar con ella los vidrios de sus deslizantes fachadas para llevarla sobre la arquitectura y el urbanismo de Bilbao. Tuve una oportunidad de estar en unos de los pisos más altos antes de que las fachadas se cerraran para siempre y haberlo contado entonces ha permitido volver a ver otro Bilbao desde un plano intermedio, desde la planta 18 del edificio. El sol no ha estado dispuesto, tampoco los cristales del envoltorio permiten un enfoque limpio, pero eso no impide ratificar que la torre ofrece una panorámica única de Bilbao, una vista de arriba abajo que atrapa a fotógrafos y observadores de toda clase. Ha sido una convocatoria de Radio Euskadi con contertulios diversos en la que hemos coincidido tres almas de altura: el alpinista superviviente Juanjo San Sebastián, el escalador cantante Francis (Doctor Deseo) y el que suscribe, compartiendo experiencias y sensaciones de vértigo con otros personajes bilbainos. Lo hemos contado en entrevistas y testimonos en el Boulevard radiofónico. Y, aunque asomarse al helipuerto no nos ha sido concedido, hemos podido descubrir algunos rincones singulares que la perspectiva de la torre ofrece, incluida la teñida fuente de la Plaza Elíptica.


4 de octubre de 2011

Anuncios de carnaval




 
Aún  no es tiempo aunque el clima aventura el calendario. Aún faltan meses pero ya hay quienes anticipan las celebraciones de carnaval. Como mandan los cánones de la fiesta en Euskal Herria: con implicación social y relaciones, con encuentros esperados, con comida abundante, música y trajes. Al fotógrafo se le ha concedido un privilegio sin tener que pelear esta vez por un cuadro perseguido, sin sentirse violador de escenas íntimas, casi pasando de espectador a partícipe. Sucedió por Malderreka, en Navarra, entre caseríos y caminos de altura.