25 de septiembre de 2013

Fotógrafo bajo tierra





Hasta cuatro veces para conseguir un buen trabajo, hasta cuatro viajes, cuatro visitas, cuatro apuestas bajo tierra. Ha sido en la cueva de La Verna, ahora recién publicada en 7K, el suplemento dominical del diario Gara. Cuando debía haber agua el río bajaba un hilo de líquido porque no había deshielo, cuando hubo agua era tanta que nos impidió avanzar con seguridad hacia la sala Chevalier. Menos mal que la acogida siempre fue excelente por parte de Jean François, espeleólogo director de explotación turística de la cueva, menos mal que el equipo técnico tiene tanta pasión como el mismo fotógrafo para lograr el objetivo. El objetivo es bastante simple: conseguir algunas, solo algunas, fotos interesantes. Pero la tarea no es nada fácil y voy a explicar la mecánica que este fotógrafo utiliza bajo tierra, no muy distinta de la que maneja a cielo abierto, pero sí más compleja y que nunca podría llevarse a cabo sin colaboración. Entrar al agujero, a veces con esfuerzo y técnica notable, caso de la progresión por la galería hasta la gigantesca sala Chevalier, a dos horas de la boca del túnel de La Verna. El avance hasta el punto más lejano se hace necesariamente con la mirada atenta. Una linterna led lanzadora a mano es la mejor ayuda para inspeccionar espacios y rincones que la lámpara frontal no alcanza. Al final del trayecto están casi decididas las fotos que haremos al retorno. En cada lugar este fotógrafo se convierte en un capitán dando óredenes. Explica a cada espeleólogo qué quiere de él: píntame así… lánzame el flash de aquel modo… Cada uno de los espeleólogos del equipo lleva un flash y además de su iluminación personal al menos una linterna led, todas distintas, más lanzadoras o más inundadoras; cada uno lleva un walkie-talkie con un micro-auricular para poder comunicarnos a distancia. El fotógrafo lleva el mismo equipo pero multiplica varias veces el número de linternas con dominantes más o menos frías o cálidas. Cámara sobre trípode, ángulo y foco preciso con ayuda de una linterna spot, sujetos en posición, cálculo de tiempo y exposición.
¿Todos listos? ¡Quietos! ¡Abierto!
Cada uno lleva a cabo su tarea, llenando de luz algún rincón de la inmensa oscuridad, en una práctica próxima al light painting. Trabajando así varias exposiciones podemos iluminar con un pequeño equipo humano áreas diferentes que después integrarán una sola imagen final. El proceso lleva tiempo, consume vatios, paciencia y energía humana pero salir a la luz del día con los huesos más o menos machacados, una docena de fotografías en la recámara y la memoria llena de espacios irrepetibles es toda una satisfacción.
Gracias a Idoia, Unai, Josu, del grupo espelológico ADES; a César y Rober, de Mundak Explorers, por su colaboración, por su pasión subterránea y por los buenos momentos y experiencias compartidos. Ellos son mis mejores modelos pero también los mejores iluminadores cavernarios.







14 de septiembre de 2013

Fotografía en Bilbao





El fútbol tiene mucho tirón, parece
Crece, inevitablemente, el espacio fotográfico en Bilbao. Era necesario llenar el vacío oscuro que solo algunas salas iluminaban esporádicamente en el entorno de la capital con muestras fotográficas de valor. No nos olvidamos de la Sala Rekalde, de apuestas ocasionales de los museos, del Bellas Artes, del Guggenheim, de Euskal Museoa, de algunos pequeños galeristas, de citas como Getxophoto. Pero, sí, hemos sido bastante analfabetos en fotografía contemporánea.
Creado hace medio año el CFC (Centro de Fotografía Contemporánea) acaba de abrir su galería expositiva con una multi diversa e incongruente pero probablemente signo de lo que espera ser: una apuesta por el impulso positivo. Carlos Cánovas y sus paisajes urbanos, un lado poco visto de ensoñaciones de García Alix, los huertos urbanos de Vicente Paredes, los metacrilatos gigantes de muros vacíos de Aitor Ortiz y los negros viajeros de Ernesto Valverde. Dio la impresión de que algo fotográfico quiere moverse en Bilbao pero también dio la impresión de que está de moda fotografiar y mirar fotografía viendo el público presente en la inauguración. ¿O iban a comer sushi?
Con todos los respetos al CFC y a un admirado Ricky Dávila que lo coordina esperamos que sea un revulsivo verdadero y no se quede en un nuevo escaparate del Bilbao guai del Ensanche. Nos interesa mucho que nos traigan lo que pasa por el mundo fotográfico, que nos traigan la ilustración a los analfabetos.

Mmmm... interesantes los huertos de Paredes

Y eso... ¿qué es?

¡Pedazo metacrilatos!

2 de septiembre de 2013

GETXOPHOTOgrafiando






En taller con Mónica Allende

En taller

Estereocópica

Estereocópica

Máscaras proyectadas

Christian Caujole ha fabricado una edición con apellido francés en la séptima convocatoria de este consolidado encuentro entre imágenes. Lo hemos vivido durante tres días intensos en los que hemos podido desmenuzar algunas experiencias desde el taller con la brillante editora Monica Allende hasta la novedosa ENCERRONA, probablemente una de las mejores ideas en lo nuevo del festival, recorriendo entretanto un conjunto variopinto de exposiciones que salpican la geografía del municipio vizcaino de Getxo. Bajo el título genérico de SUEÑOS (AMETSAK) una quincena de autores despliegan sus propuestas en formatos y soportes que saltan de la galería al espacio público como acostumbra hacer Getxophoto.  La incertidumbre del género de JJ Levine, las figuras viajando en el aire de Maia Flore o el recorrido cinematográfico bajo las pautas de West Side History del trabajo más fresco de Cristina de Middle contrastan con la visión nostálgica de la tierra vasca desde las sorprendentes imágenes estereoscópicas de Jesús de Etxebarria, muestra mínima de un archivo cargado de historia de más de dos mil placas. Los retratos de Gianni Cipriano desde la plaza del mercado, las casas aéreas de Lauren Chéhère sobre el puerto viejo, las fantasías de azafata frustrada de Wang Ling asomándose a la avenida de Basagoiti, las vacaciones colgantes en la fachada de la vieja Biblioteca de San Nicolás y las arquitecturas banales de Alban Lécuyer en el instituto de Zabala trazan un camino visual que tiene su mejor conclusión sobre la playa de Ereaga donde, escondidas o en formatos gigantes, se nos presentan las imágenes de Harit Srikhao, Denis Darzacq, Vincent Tournier, Rud Van Empel y Jean Louis Tornato.
Getxophoto tiene de nuevo el valor de incentivar la mirada de los fotógrafos y de abrir el debate sobre todo lo visual; en eso ha sido especialmente interesante –tome nota la organización para extender el proyecto- la encerrona con encuentros desafiantes entre comisarios y editores gráficos, descubrimientos de lo visual en el espacio virtual, y noticias de lo que nos viene en el movimiento fotográfico de nuestro siglo.
Muchas cosas para ver, otras tantas para pensar. Getxo os espera.


Diálogos

El "jefe" se explica


En Polaroid para la memoria


Cuestionando-se